divendres, 18 d’octubre del 2013

Pequeños placeres.

Pequeños placeres que hacen de esta vida una cosa inmensa y pocos tienen en cuenta.

Tan pequeños cómo llevar calcetines en invierno, o beber un café a las 7 de la mañana un día cualquiera.
La simple mirada de buenos días que das a tus amigas y compañeros a las 8 cada día. O el simple hecho de ir por la calle y observarlo todo. El simple hecho de ir andando y pensar Joder, que estoy viva. Podría no ser yo. Ir por la calle con Thirty Seconds To Mars de fondo y pensar que en menos de dos semanas los verás en directo. O esperar los lunes y los viernes con impaciencia para ver lo que te entrega tu ídolo. O aún más pequeño aún, una simple sonrisa de esa persona tan especial que no te esperabas y te coge desprevenida.

¿Tengo o no tengo razón? Son esos pequeños momentos que grabados en hd haría la película perfecta.

Ver a alguien hacer el gesto que más veces repite, ya sea ponerse el pelo detrás de las orejas, morderse el labio o repicar con las uñas en la mesa. Adivinar el humor de alguien por el tipo de letra que hace, o por si su mirada está o no brillante.
Aislarte de la situación y verlo todo cómo si fueras un espectador. Observar las sonrisas, ponerlo a cámara lenta, silenciar las voces y encontrar la música adecuada para la escena.
 Pequeñas frases de películas cómo el Siempre nos quedará París o el Y en ese momento, juro que éramos infinitos. Personajes de libros que darías lo que fuera para que fueran reales, o simplemente ser ellos.
Fijarte en cómo va vestida la gente y estimar el tiempo que ha tardado en decidir que ponerse. Ir en tren y inventarte una historia para cada persona o para cada pareja mientras escuchas baladas de rock. Encontrar más encanto a la música en vinilo que en la de un disco compacto normal, pero sin superar la que se vive en directo. Ahorrar para conciertos, para cumplir tu sueño, para viajar y ver a personas importantes. Un te quiero por las mañanas o un te quiero inesperado. Tener capacidad para hablar, y o escribir.
Un simple viernes, noche de películas y palomitas. Un roce de manos involuntario o la simple suerte del principiante. Que tu actriz favorita gane unos premios o que estrene una película.
Saber que tienes ambiciones y lucharás por ellas, o el simple hecho de que tarde o temprano llegará alguien que te hará feliz y te querrá incluyendo a tus tonterías y tus malos días.

Son esos pequeños placeres que dan sentido a mi propia vida.

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